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  Seite 02: Die wahre Braut (La novia verdadera)



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Indem hörte es eine sanfte Stimme, die sprach: »Tröste dich, mein Kind, ich bin gekommen, dir zu helfen.« Das Mädchen blickte auf und eine alte Frau stand neben ihm. Sie fasste das Mädchen freundlich an der Hand und sprach: »Vertraue mir nur an, was dich drückt.«
Da sie so herzlich sprach, so erzählte ihr das Mädchen von seinem traurigen Leben, dass ihm eine Last auf die andere gelegt würde und es mit den aufgegebenen Arbeiten nicht mehr zu Ende kommen könnte. »Wenn ich mit diesen Federn heute Abend nicht fertig bin, so schlägt mich die Stiefmutter; sie hat mirs angedroht, und ich weiß, sie hält Wort.« Ihre Tränen fingen wieder an zu fließen, aber die gute Alte sprach: »Sei unbesorgt, mein Kind, ruhe dich aus, ich will derweil deine Arbeit verrichten.«
Das Mädchen legte sich auf sein Bett und schlief bald ein. Die Alte setzte sich an den Tisch bei den Federn, hui, wie flogen sie von den Kielen ab, die sie mit ihren dürren Händen kaum berührte. Bald war sie mit den zwölf Pfund fertig. Als das Mädchen erwachte, lagen große schneeweiße Haufen aufgetürmt, und alles war im Zimmer reinlich aufgeräumt, aber die Alte war verschwunden.
Das Mädchen dankte Gott und saß still, bis der Abend kam.
Da trat die Stiefmutter herein und staunte über die vollbrachte Arbeit.
»Siehst du, Trulle,« sprach sie, »was man ausrichtet, wenn man fleißig ist? Hättest du nicht noch etwas anderes vornehmen können? Aber da sitzest du und legst die Hände in den Schoß.«
Als sie hinausging, sprach sie:»Die Kreatur kann mehr als Brot essen, ich muss ihr schwerere Arbeit auflegen.«

Y he aquí que oyó una dulce voz que le decía
- consuélate, mo hija, que he venido a ayudarte.-
La niña alzó los ojos y vio a una anciana, que estaba de pie a su lado. La mujer le cogió cariñosamente la mano y le dijo
- confíame tu pena.-
Como le hablaba tan cordialmente, la muchachita le contó su triste vida; cómo debía soportar carga tras carga, y no podía con los trabajos que le mandaban.

-Si esta noche no he terminado estas plumas, mi madrastra me pegará; me lo ha dicho y sé que cumplirá su palabra.-
Y sus lágrimas volvieron a manar a raudales; pero la vieja le dijo
- tranquilízate, hija mía; échate a descansar y yo me encargaré del trabajo.
La muchacha se tendió en su cama, y al poco rato se quedó dormida. La anciana se sentó a la mesa y se puso a desbarbar las plumas. ¡Era de ver cómo saltaban las barbas de los cañones, no bien las tocaban sus resecas manos! Pronto estuvieron listas las doce libras. Cuando la muchacha se despertó, se encontró con grandes montones blancos como nieve. Toda la habitación estaba limpia y despejada, pero la vieja había desaparecido. La chiquilla dio gracias a Dios y aguardó sentada y en silencio la llegada de la noche.
Al entrar, la madrastra se asombró al ver la tarea terminada.
- ¿Ves,- le dijo, -lo que se puede hacer cuando se trabaja con aplicación? ¿No podías haber hecho más aún, en lugar de permanecer aquí mano sobre mano?-

Al salir, dijo -esta criatura sirve para algo más que para comer pan. Tendré que ponerle tareas más duras.-

Vokabular
eine sanfte Stimme = una dulce voz
Wort halten = cumplir la palabra
die Arbeit verrichten = encargarse del trabajo
der Kiel = el cañón
die Hände in den Schoß legen = estar mano sobre mano





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