Aber wo
war er zu finden? Der Haushofmeister lief
alle Treppen auf und nieder, durch Säle
und Gänge, keiner von allen denen,
auf die er traf, hatte von der Nachtigall
sprechen hören. Und der Haushofmeister
lief wieder zum Kaiser und sagte, daß
es sicher eine Fabel von denen sei, die
da Bücher schreiben.
»Dero Kaiserliche Majestät können
gar nicht glauben, was da alles geschrieben
wird; das sind Erdichtungen und etwas, was
man die schwarze Kunst nennt!« »Aber
das Buch, in dem ich dieses gelesen habe»,
sagte der Kaiser, »ist mir von dem
großmächtigen Kaiser von Japan
gesandt, also kann es keine Unwahrheit sein.
Ich will die Nachtigall hören; sie
muß heute abend hier sein! Sie hat
meine höchste Gnade! Und kommt sie
nicht, so soll dem ganzen Hof auf den Leib
getrampelt werden, wenn er Abendbrot gegessen
hat!«
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Pero,
¿encontrarlo?, ¿dónde?
El mayordomo se cansó de subir y
bajar escaleras y de recorrer salas y pasillos.
Nadie de cuantos preguntó había
oído hablar del ruiseñor.
Y el mayordomo, volviendo al emperador,
le dijo que se trataba de una de esas fábulas
que suelen imprimirse en los libros.
-Vuestra Majestad Imperial no debe creer
todo lo que se escribe; son fantasías
y una cosa que llaman magia negra.
-Pero el libro en que lo he leído
me lo ha enviado el poderoso emperador del
Japón -dijo el soberano-; por tanto,
no puede ser mentiroso.
Quiero oír al ruiseñor. Que
acuda esta noche a mi presencia para cantar
bajo mi especial protección.
Si no se presenta mandaré que todos
los cortesanos sean pateados en el estómago
después de cenar.
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