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  Seite 13: Die Geschichte vom kleinen Muck (Historia del pequeño Muck)



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Als der König und seine Söhne und Töchter auf dem Gerüst Platz genommen hatten, trat der kleine Muck heraus auf die Wiese und machte vor den hohen Herrschaften eine überaus zierliche Verbeugung. Ein allgemeines Freudengeschrei ertönte, als man des Kleinen ansichtig wurde; eine solche Figur hatte man dort noch nie gesehen.
Das Körperlein mit dem mächtigen Kopf, das Mäntelein und die weiten Beinkleider, der lange Dolch in dem breiten Gürtel, die kleinen Füßlein in den weiten Pantoffeln - nein! es war zu drollig anzusehen, als daß man nicht hätte laut lachen sollen. Der kleine Muck ließ sich aber durch das Gelächter nicht irremachen. Er stellte sich stolz, auf sein Stöcklein gestützt, hin und erwartete seinen Gegner. Der Aufseher der Sklaven hatte nach Mucks eigenem Wunsche den besten Läufer ausgesucht. Dieser trat nun heraus, stellte sich neben den Kleinen, und beide harrten auf das Zeichen. Da winkte Prinzessin Amarza, wie es ausgemacht war, mit ihrem Schleier, und wie zwei Pfeile, auf dasselbe Ziel abgeschossen, flogen die beiden Wettläufer über die Wiese hin.
Von Anfang hatte Mucks Gegner einen bedeutenden Vorsprung, aber dieser jagte ihm auf seinem Pantoffelfuhrwerk nach, holte ihn ein, überfing ihn und stand längst am Ziele, als jener noch, nach Luft schnappend, daherlief. Verwunderung und Staunen fesselten einige Augenblicke die Zuschauer, als aber der König zuerst in die Hände klatschte, da jauchzte die Menge, und alle riefen:»Hoch lebe der kleine Muck, der Sieger im Wettlauf!«

Cuando el rey y sus hijos e hijas hubieron tomado asiento en la tribuna, el pequeño Muck apareció en la pradera e hizo una atenta reverencia ante las reales personas.
Al divisar al enano, resonaron generales gritos de júbilo, nunca habían visto a un tipo así.

El cuerpecillo con la cabezota, la capita y los anchos pantalones, la daga larga en el ancho cinturón, los pequeños piececitos en las grandes babuchas...
¡no! era demasiado gracioso como para no reír a carcajadas.
Pero el pequeño Muck no se desconcertó por las risas. Orgullosamente apoyado en su bastoncillo, se dispuso a esperar a su adversario.
Según deseo expreso de Muck, el veedor de esclavos había escogido al mejor corredor.
Éste apareció, se colocó junto al pequeño y los dos aguardaron con impaciencia la señal.
Como estaba previsto, la princesa Amarza agitó su velo, y ambos corredores volaron por la pradera como dos flechas dirigidas a una misma meta.

Al principio, el oponente de Muck llevaba una considerable ventaja, pero, subido en su babuchascarro, Muck le persiguió, le alcanzó, le adelantó y estaba en la meta desde hacía tiempo cuando el otro aún corría sin aliento.
La admiración y el asombro se apoderaron unos instantes de los espectadores, pero, cuando el rey fue el primero en aplaudir, la multitud lanzó una exclamación de júbilo y todos gritaron
-¡viva el pequeño Muck, el vencedor en la carrera!

Vokabular
die Verbeugung = la referencia
ansichtig werden = divisar
drollig = gracioso
der Gegner = el adversario
das Zeichen = la señal
der Pfeil = la flecha
das Ziel = la meta
der Vorsprung = la ventaja
nachjagen = perseguir
einholen = alcanzar
überholen = adelantar





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