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  Seite 020: Das kalte Herz (El corazón frío)



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Das Floß fuhr ab, und hatte der Michel früher die Holzhauer in Verwunderung gesetzt, so staunten jetzt die Flözer; denn statt daß das Floß, wie man wegen der ungeheuern Balken geglaubt hatte, langsamer auf dem Fluß ging, flog es, sobald sie in den Neckar kamen, wie ein Pfeil; machte der Neckar eine Wendung und hatten sonst die Flözer Mühe gehabt, das Floß in der Mitte zu halten, um nicht auf Kies oder Sand zu stoßen, so sprang jetzt Michel allemal ins Wasser, rückte mit einem Zug das Floß links oder rechts, so daß es ohne Gefahr vorüberglitt, und kam dann eine gerade Stelle, so lief er aufs erste G'stair (Gelenk) vor, ließ alle ihre Stangen beisetzen, steckte seinen ungeheuren Weberbaum in den Kies, und mit einem Druck flog das Floß dahin, daß das Land und Bäume und Dörfer vorbeizujagen schienen. So waren sie in der Hälfte der Zeit, die man sonst brauchte, nach Köln am Rhein gekommen, wo sie sonst ihre Ladung verkauft hatten; aber hier sprach Michel: »Ihr seid mir rechte Kaufleute und versteht euren Nutzen! Meinet ihr denn, die Kölner brauchen all dies Holz, das aus dem Schwarzwald kommt, für sich?
Nein, um den halben Wert kaufen sie es euch ab und verhandeln es teuer nach Holland. Lasset uns die kleinen Balken hier verkaufen und mit den großen nach Holland gehen; was wir über den gewöhnlichen Preis lösen, ist unser eigener Profit.«

La armadía partió, y, si antes Michel había provocado el asombro de los leñadores, ahora tocó asombrarse a los almadieros, pues la armadía, en vez de deslizarse lentamente por el río, como hacían suponer sus enormes maderos, voló como una flecha en cuanto llegaron al Neckar. Como el Neckar hacía una revuelta y en otras ocasiones a los almadieros les había costado trabajo mantener la armadía en el centro para no encallar en un banco de arena o de grava, Michel saltaba cada vez al agua y de un empujón movía la balsa a la derecha o izquierda, de modo que pasaba deslizándose sin peligro; y si venía un tramo recto, Michel saltaba al primer tronco, lo hacía ir a toda vela, clavaba su enorme enjulio en la grava, y con un solo impulso la armadía volaba de tal forma que la tierra y los árboles parecían pasar como una exhalación.
De este modo, en la mitad del tiempo que otras veces se necesitaba, llegaron a Colonia, a orillas del Rin, donde solían vender su carga.
Pero entonces dijo Michel
-¡buenos comerciantes estáis hechos y entendéis bien vuestros intereses! ¿Acaso creéis que los de Colonia necesitan para ellos toda esta madera que viene de la Selva Negra? No, os la compran a vosotros por la mitad de su valor para venderla más cara en Holanda. Vendamos por tanto los maderos pequeños aquí y vayamos a Holanda con los grandes. Lo que saquemos por encima del precio habitual será para nosotros.-

Vokabular
die Verwunderung = el asombro
die Wendung (die Richtungsänderung) = la revuelta
der Kies = la crava
der Sand = la arena
die Ladung = la carga
die Kaufleute = los comerciantes





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