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  Seite 05: Allerleirauh ("Bestia peluda")



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Da lebte Allerleirauh lange Zeit recht armselig. Ach, du schöne Königstochter, wie soll's mit dir noch werden! Es geschah aber einmal, daß ein Fest im Schloß gefeiert ward, da sprach sie zum Koch: »Darf ich ein wenig hinaufgehen und zusehen? Ich will mich außen vor die Türe stellen.«
Antwortete der Koch: »Ja, geh nur hin, aber in einer halben Stunde mußt du wieder hier sein und die Asche zusammentragen!«
Da nahm sie ihr Öllämpchen, ging in ihr Ställchen, zog den Pelzrock aus und wusch sich den Ruß von dem Gesicht und den Händen ab, so daß ihre volle Schönheit wieder an den Tag kam. Dann machte sie die Nuß auf und holte ihr Kleid hervor, das wie die Sonne glänzte. Und wie das geschehen war, ging sie hinauf zum Fest, und alle traten ihr aus dem Weg, denn niemand kannte sie, und meinten nicht anders, als daß es eine Königstochter wäre. Der König aber kam ihr entgegen, reichte ihr die Hand und tanzte mit ihr und dachte in seinem Herzen:"So schön haben meine Augen noch keine gesehen." Als der Tanz zu Ende war, verneigte sie sich, und wie sich der König umsah, war sie verschwunden, und niemand wußte wohin. Die Wächter, die vor dem Schlosse standen, wurden gerufen und ausgefragt, aber niemand hatte sie erblickt.

Allí vivía Bestia Peluda largo tiempo, llevando una existencia miserable. ¡Ah, bella princesa! ¿Qué va a ser de ti? Pero sucedió un día que hubo fiesta en palacio, y ella dijo al cocinero
- ¿puedo subir un ratito a verlo? Me quedaré a mirarlo junto a la puerta.
Le respondió el cocinero
- puedes ir, si quieres, pero debes estar de vuelta dentro de media hora para recoger la ceniza.
Entonces cogió el candil, bajó a la cuadrita, se quitó el abrigo de piel y se lavó el hollín de la cara y las manos, con lo que reapareció su belleza en todo su esplendor. Abriendo luego la nuez, sacó el vestido reluciente como el sol y se lo puso, y, así ataviada, subió a la sala donde se celebraba la fiesta. Todos le dejaron libre paso, pues nadie la conocía y la tomaron por una princesa.


El rey salió a recibirla y, ofreciéndole la mano, la invitó a bailar con él, mientras pensaba en su corazón
-jamás mis ojos vieron una mujer tan bella.
Terminado el baile, ella se inclinó y, mirando alrededor el rey, había desaparecido, y nadie sabía a donde.
Los centinelas de las puertas de palacio declararon, al ser preguntados, que no la habían visto entrar ni salir.

Vokabular
armselig = miserable
der Koch = el cocinero
das Öllämpchen = el candil
der Ruß = el hollín
die Hand reichen = ofrecer la mano
der Tanz = el baile
verschwunden = desaparecido


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