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  III. El hombre vaca y Fausto


Más tarde hablaremos de los detalles. Ahora trataremos de dar un resumen de la obra. En la escena "Prólogo en el cielo" tenemos una discusión entre Dios y Mefistófeles. Mefistófeles es un cínico que no quiere y no puede entender la concepción de la humanidad tal como Dios la ha creado. En los ojos de Mefistófeles la humanidad viviría mejor si Dios no la hubiera dotado de razón.

Der kleine Gott der Welt bleibt stets von gleichem
Schlag,
Und ist so wunderlich als wie am ersten Tag.
Ein wenig besser würd er leben,
Hättst du ihm nicht den Schein des Himmelslichts gegeben;
Er nennt's Vernunft und braucht's allein,
Nur tierischer als jedes Tier zu sein.
El pequeño dios del mundo sigue igual que siempre,
tan extraño como el primer día.
Viviría un poco mejor
si no le hubieras dado el reflejo de la luz
celestial,
a la que él llama razón y que usa sólo
para ser más brutal que todos los animales.
     

Dicho de otro modo, en el deseo del hombre de saber, de avanzar, Mefistófeles no ve sentido alguno; porque no es solamente inútil, sino que le hace sufrir todavía más. En los ojos de Mefistófeles una vaca vive mucho mejor que el hombre, porque no se plantea problemas de ningún tipo. Usted ahora piensa que en el mundo real no hay ni hombres vacas, ni gente tipo Mefistófeles. Pero el autor cree que no es así. Hay cualquier cantidad de gente que no se interesa por nada, que ríen de cualquier persona que trata de hacer algo nuevo. Hay también cualquier cantidad de gente tipo Mefistófeles que dicen que no vale la pena comenzar algo y que por esta razón u otra es inútil y que más vale que las cosas se queden tal como están. El problema es, que la gente que busca, que trata de cambiar las cosas, muy a menudo, no sabe lo que quiere. Personas como el Fausto son insatisfechas, buscan algo, pero no saben qué es lo que buscan. En los ojos de Dios es justamente esto lo que les convierte en un ejemplo para la humanidad entera. La búsqueda del Fausto es una búsqueda eterna. Si el hombre vaca que no busca nada, que está siempre satisfecho es el hombre ideal de Mefistófeles, para Dios, el ideal es el hombre que busca siempre, que nunca está satisfecho.

DER HERR:
Kennst du den Faust?
MEPHISTOPHELES:
Den Doktor?
DER HERR:
Meinen Knecht
MEPHISTOPHELES:
Fürwahr! er dient Euch auf besondre Weise

Nicht irdisch ist des Toren Trank noch Speise.

Ihn treibt die Gärung in die Ferne,
Er ist sich seiner Tollheit halb bewußt;
Vom Himmel fordert er die schönsten Sterne
Und von der Erde jede höchste Lust,
Und alle Näh und alle Ferne
Befriedigt nicht die tiefbewegte Brust.
DER HERR:
Wenn er mir auch nur verworren dient,
So werd ich ihn bald in die Klarheit führen.
Weiß doch der Gärtner, wenn das Bäumchen grünt,
Das Blüt und Frucht die künft'gen Jahre zieren.
MEPHISTOPHELES:
Was wettet Ihr? den sollt Ihr noch verlieren!
Wenn Ihr mir die Erlaubnis gebt,
Ihn meine Straße sacht zu führen.

EL SEÑOR:
¿Conoces a Fausto?
MEFISTÓFELES:
¿El doctor?
EL SEÑOR:
Mi servidor.
MEFISTÓFELES:
Sí; y cierto es que os sirve de una manera muy
peculiar.
Ni la comida ni la bebida de ese insensato son terrenales.
Su inquietud lo inclina hacia lo inalcanzable,
pero percibe su locura sólo a medias.
Le exige al cielo las más hermosas estrellas
y a la tierra los goces más elevados
y, sin embargo, nada cercano ni lejano
sacia su pecho profundamente agitado.
EL SEÑOR:
Aunque ahora me sirve en la confusión,
pronto lo llevaré a la claridad.
El jardinero sabe, cuando el arbolito echa renuevos,
que le crecerán ramas y le saldrán frutas.
MEFISTÓFELES:
¿Qué apostáis? Todavía habéis de perder
si me permitís
llevarlo a mi terreno.

     

Mefistófeles no es tonto, sino cínico. El comprende a Fausto, comprende que desea lo inalcanzable, pero en esta actidud no puede ver, al contrario de Dios, que llama al Fausto su servidor, nada de grandeza. Su ideal es el hombre vaca, contento si la olla está llena. Dios, por otro lado, ve perfectamente, que el comportamiento de su servidor es confuso, pero ve una grandeza en dicho comportamiento. El Fausto de Goethe no es la única obra que plantea este problema. En el mundo hispanohablante es bastante conocida la obra de Antonio Buero Vallejo, En la ardiente oscuridad, en la cual Ignacio juega el papel de Fausto, por querer lo inalcanzable. El hombre vaca se ha resignado aunque no lo admite mientras el que percibe confusamente que la vida puede ser más divertida a lo mejor encuentra un nuevo camino. La mera negación de lo que existe puede tener más fuerza utópica que la aceptación de las cosas tal como están. El Fausto en cierta manera también plantea el problema de la identidad. El hombre vaca evidentemente no tiene ningún problema de identidad porque su estructura es tan simple que no puede haber contradicciones. Toda la fuerza del hombre vaca va dirigida a una meta bien definida, él no conoce el problema de querer al mismo tiempo dos cosas incompatibles. Pero cuando más complejo se es, más contradictorio también se es y el Fausto, como veremos, es una persona muy compleja.

Pero volvamos a Mefistófeles y volvamos a mirar el fin de la cita de arriba.
  ¿Qué apostáis? Todavía habéis de perder
si me permitís
llevarlo a mi terreno.

...llevarlo a mi terreno. ¿Qué quiere decir Mefistófeles con esto? Mefistófeles parte del principio que le será posible "quebrar" al Fausto, que le será posible llevarle a un estado en el que deje de buscar, que le será posible convertirle en hombre vaca. Esto es lo que llama "su terreno". Una vez firmado el contrato Fausto dice a Mefistófeles.


FAUST:
Werd ich beruhigt je mich auf ein Faulbett legen,
So sei es gleich um mich getan!
Kannst du mich schmeichelnd je belügen,
Daß ich mir selbst gefallen mag,
Kannst du mich mit Genuß betrügen-
Das sei für mich der letzte Tag!
Die Wette biet ich!
MEPHISTOPHELES:
Topp!
FAUST:
Und Schlag auf Schlag!
Werd ich zum Augenblicke sagen:
Verweile doch! du bist so schön!
Dann magst du mich in Fesseln schlagen,
Dann will ich gern zugrunde gehn!
Dann mag die Totenglocke schallen,
Dann bist du deines Dienstes frei,
Die Uhr mag stehn, der Zeiger fallen,
Es sei die Zeit für mich vorbei!


FAUSTO:
Si llega el día en el que pueda tumbarme ociosamente,
con toda tranquilidad, me dará igual lo que sea de mí;
si entonces logras engañarme con lisonjas
haciendo que me agrade a mí mismo,

ese será para mí mi último día.
En eso consistirá mi apuesta.
MEFISTÓFELES:
¡La acepto!
FAUSTO:
Choquemos esos cinco.
Si alguna vez digo ante un instante:
 «¡Deténte, eres tan bello!»,
puedes atarme con cadenas
 y con gusto me hundiré.
Entonces podrán sonar las campanas a difuntos,
que seré libre para servirte.
El reloj se habrá parado, las agujas habrán caído
y el tiempo habrá terminado para mí.
     

Dicho con otras palabras, Fausto sufre por su deseo de alcanzar lo que no se puede alcanzar; Mefistófeles se ríe de este deseo y para Dios, es lo que hace su grandeza. Dios cree que nunca le será posible a Mefistófeles quebrar al Fausto y que perderá por lo tanto su apuesta. Dios quiere al hombre como un ser que nunca deja de avanzar, de buscar, de tratar de agarrar las estrellas. Dios quiere al hombre como un ser que no se adormece. De esta manera, se puede ver el Fausto como un representante de la humanidad entera, lo faústico, como algo con lo que Dios ha dotado la humanidad. También se puede ver en el Fausto a una persona que se defiende contra cualquier tipo de limitación, no importa si esta limitación se debe a un entorno aburrido y escaso, a una limitación personal, a condiciones sociales estrechas, etc. Evidentemente, personas dispuestas a pasar los límites corren el riesgo de cometer crímenes o hacer cosas que no se pueden justificar moralmente y el Fausto comete crímenes de este tipo, como Mefistófeles lo había mencionado ya en la cita de arriba. Dios no se deja impresionar en absoluto por este argumento. Lo más importante para él es que el hombre no se adormezca.




Des Menschen Tätigkeit
kann allzu leicht erschlaffen,
er liebt sich bald die unbedingte Ruh;
Drum geb ich gern ihm den Gesellen zu,

Der reizt und wirkt und muß als Teufel schaffen
El hombre es demasiado
propenso a adormecerse;
se entrega pronto a un descanso sin estorbos;
por eso es bueno darle un compañero
que lo estimule,
lo active y desempeñe el papel de su demonio.
   

No se debe confundir al Fausto con una persona que busca sólo su felicidad personal. Es un personaje mucho más complejo. Se le presenta como una persona que no solo está insatisfecha de su situación personal, sino también, con la condición humana en general.

Soll ich vielleicht in tausend Büchern lesen,
Daß überall die Menschen sich gequält,
Daß hie und da ein Glücklicher gewesen? -
¿Habré de leer, quizá, en miles de libros,
que por todas partes los hombres se torturan
y que aquí y allá hubo uno feliz?
     

Aunque en su búsqueda de la felicidad se equivoca, comete crímenes, como por ejemplo lanzar a Gretchen al abismo de la cárcel, es en el fondo una persona responsable y su imprecisa búsqueda de la utopía incluye la humanidad entera. Hay otro Fausto en la literatura alemana, el de Nicholaus Lenau. Ahí aparece un verso que describe de manera bastante precisa el estado de ánimo de Fausto.

O greife weiter, weiter, Sturm,
Und nimm auf deine starken Schwingen
Den höchsten Stern, den tiefsten Wurm,
Uns endlich alle heimzubringen!
extiéndete, extiéndete más huracán
y toma sobre tus alas fuertes
la estrella más alta, el gusano más bajo
para que todos al fin podamos volver a casa
     

Estos versos no describen el estado de ánimo de una persona en búsqueda de su propia felicidad. Estos versos describen el estado de ánimo de una persona que quiere que todo el mundo mejore.

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