Da ging
der Mann hin, und als er zum Palast kam,
da war das Schloß viel größer
geworden und hatte einen großen Turm
und herrlichen Zierrat daran, und die Schildwachen
standen vor dem Tor, und da waren so viele
Soldaten und Pauken und Trompeten. Und als
er in das Haus kam, da war alles von purem
Marmelstein mit Gold und samtenen Decken
und großen goldenen Quasten. Da gingen
die Türen vom Saal auf, in dem der
ganze Hofstaat war, und seine Frau saß
auf einem hohen Thron von Gold und Diamant
und hatte eine große goldene Krone
auf und das Zepter in der Hand von purem
Gold und Edelstein, und auf jeder Seite
von ihr standen sechs Jungfrauen in einer
Reihe, eine immer einen Kopf kleiner als
die andere. Da stellte er sich hin und sagte:
»Ach, Frau, bist du nun König?«
»Ja«, sagte die Frau, »nun
bin ich König.«
|
Partió
el marido, y cuando se acercaba al palacio,
vio que se había hecho mucho mayor
y tenía una torre muy alta decorada
con magníficos adornos. A la puerta
había centinelas y una multitud de
soldados con bombos y trompetas. Cuando
entró en el edificio vio por todas
partes mármol del más puro
con oro y tapices de terciopelo y grandes
borlas de oro.
Le abrieron las puertas de la sala: toda
la corte se hallaba reunida y su mujer estaba
sentada en un elevado trono de oro y de
diamantes; llevaba en la cabeza una gran
corona de oro, tenía en la mano un
cetro de oro puro y de piedras preciosas,
y a su lado estaban colocadas en una doble
fila seis doncellas, cuyas estaturas eran
tales, que cada una la llevaba la cabeza
a la otra. Se adelantó y dijo -¡ah,
mujer!, ¿ya eres rey? -Sí,
le contestó, ya soy rey. |