Sie sollte
nun bei Hofe bleiben, ihren eigenen Käfig
haben, samt der Freiheit, zweimal des Tages
und einmal des Nachts herauszuspazieren.
Sie bekam zwölf Diener mit, die ihr
ein Seidenband um das Bein geschlungen hatten,
woran sie sie festhielten. Es war durchaus
kein Vergnügen bei solchem Ausflug.
Die ganze Stadt sprach von dem merkwürdigen
Vogel, und begegneten sich zwei, dann seufzten
sie und verstanden einander: Ja, elf Hökerkinder
wurden nach ihr benannt, aber nicht eins
von ihnen hatte einen Ton in der Kehle.
Eines Tages erhielt der Kaiser eine Kiste,
auf der geschrieben stand:»Die Nachtigall.«
»Da haben wir nun ein neues Buch über
unseren berühmten Vogel!«, sagte
der Kaiser; aber es war kein Buch, es war
ein Kunststück, das in einer Schachtel
lag, eine künstliche Nachtigall, die
der lebenden gleichen sollte, aber überall
mit Diamanten, Rubinen und Saphiren besetzt
war. Sobald man den künstlichen Vogel
aufzog, konnte er eins der Stücke,
die der wirkliche sang, singen, und dann
bewegte sich der Schweif auf und nieder
und glänzte von Silber und Gold.
|
Debería
quedarse en la Corte, tener una jaula particular,
con libertad para salir dos veces durante
el día y una durante la noche. Pusieron
a su servicio diez criados, que le anundaron
una cinta de seda alrededor de la pierna
para sujetarlo. Una excursión así
no era precisamente un placer.
La ciudad entera hablaba del extraño
pájaro, y cuando dos se encontraban,
suspirabanl y se entendían. Hubo
incluso once verduleras que pusieron su
nombre a sus hijos, pero ni uno de ellos
resultó capaz de dar una nota.
Un buen día el emperador recibió
un gran paquete rotulado: «El ruiseñor».
-He aquí un nuevo libro acerca de
nuestro famoso pájaro -exclamó
el emperador. Pero resultó que no
era un libro, sino un ingenio puesto en
una cajita, un ruiseñor artificial,
imitación del vivo, pero cubierto
materialmente de diamantes, rubíes
y zafiros.
Sólo había que darle cuerda
y se ponía a cantar una de las melodías
que cantaba el de verdad, y entonces la
cola se movía hacia arriba y abajoy
brillaba de plata y oro. |