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Endlich,
als es schon ganz dunkel war, erwachte die
kluge Else, und als sie aufstand, rappelte
es um sie herum, und die Schellen klingelten
bei jedem Schritte, den sie tat. Da erschrak
sie, ward irre, ob sie auch wirklich die
kluge Else wäre, und sprach:"Bin
ichs, oder bin ichs nicht?"
Sie wußte aber nicht, was sie darauf
antworten sollte, und stand eine Zeitlang
zweifelhaft. Endlich dachte sie:"Ich
will nach Haus gehen und fragen, ob ichs
bin oder ob ichs nicht bin, die werdens
ja wissen."
Sie lief vor ihre Haustüre, aber die
war verschlossen; da klopfte sie an das
Fenster und rief:
"Hans, ist die Else drinnen?"
"Ja", antwortete Hans, "sie
ist drinnen.
Da erschrak sie und sprach:"Ach Gott,
dann bin ichs nicht", und ging vor
eine andere Tür; als aber die Leute
das Klingeln der Schellen hörten, wollten
sie nicht aufmachen, und sie konnte nirgends
unterkommen. Da lief sie fort zum Dorfe
hinaus, und niemand hat sie wieder gesehen.
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Por fin,
ya oscurecido, se despertó la lista
Elsa y, al incorporarse, notó un
cascabeleo a su alrededor, pues las campanillas
sonaban a cada paso que daba. Se espantó
y se desconcertó, dudando de si era
o no la lista Elsa, y acabó por preguntarse
-¿soy yo o no soy yo?-
Pero no sabía qué responder,
y así permaneció un buen rato
en aquella duda, hasta que, por fin, pensó
-iré a casa a preguntar si soy yo
o no, ellos lo sabrán de seguro.-
Y echó a correr hasta la puerta de
su casa; pero la encontró cerrada.
Llamó entonces a la ventana, gritando
- Juan, ¿está Elsa en casa?
- Sí -respondió Juan, -sí
está.
Ella, asustada, exclamó
- ¡Dios mío, entonces no soy
yo!- y se fue a llamar a otra puerta; pero
al oír la gente aquel ruido de campanillas,
todas se negaban a abrir, por lo que no
encontró acogimiento en ninguna parte.
Huyó del pueblo y nadie ha vuelto
a saber de ella.
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