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Seite 01: Die Geschichte vom kleinen Muck (Historia del pequeño Muck) |
deutscher Text | Texto español |
In Nicea,
meiner lieben Vaterstadt, wohnte ein Mann,
den man den kleinen Muck hieß. Ich
kann mir ihn, ob ich gleich damals noch
sehr jung war, noch recht wohl denken, besonders
weil ich einmal von meinem Vater wegen seiner
halbtot geprügelt wurde. Der kleine
Muck nämlich war schon ein alter Geselle,
als ich ihn kannte; doch war er nur drei
bis vier Schuh hoch, dabei hatte er eine
sonderbare Gestalt, denn sein Leib, so klein
und zierlich er war, mußte einen Kopf
tragen, viel größer und dicker
als der Kopf anderer Leute; er wohnte ganz
allein in einem großen Haus und kochte
sich sogar selbst, auch hätte man in
der Stadt nicht gewußt, ob er lebe
oder gestorben sei, denn er ging nur alle
vier Wochen einmal aus, wenn nicht um die
Mittagsstunde ein mächtiger Dampf aus
dem Hause aufgestiegen wäre, doch sah
man ihn oft abends auf seinem Dache auf
und ab gehen, von der Straße aus glaubte
man aber, nur sein großer Kopf allein
laufe auf dem Dache umher. Ich und meine
Kameraden waren böse Buben, die jedermann
gerne neckten und belachten, daher war es
uns allemal ein Festtag, wenn der kleine
Muck ausging; wir versammelten uns an dem
bestimmten Tage vor seinem Haus und warteten,
bis er herauskam; wenn dann die Türe
aufging und zuerst der große Kopf
mit dem noch größeren Turban
herausguckte, wenn das übrige Körperlein
nachfolgte, angetan mit einem abgeschabten
Mäntelein, weiten Beinkleidern und
einem breiten Gürtel, an welchem ein
langer Dolch hing, so lang, daß man
nicht wußte, ob Muck an dem Dolch,
oder der Dolch an Muck stak, wenn er so
heraustrat, da ertönte die Luft von
unserem Freudengeschrei, wir warfen unsere
Mützen in die Höhe und tanzten
wie toll um ihn her. |
En Nicea,
mi querida ciudad natal, vivía un hombre
al que llamaban el pequeño Muck. Me
acuerdo muy bien de él, aunque yo era
entonces muy joven, sobre todo porque a causa
de él mi padre me dejó una vez
medio muerto de golpes. El pequeño
Muck ya era un hombre viejo cuando le conocí,
pero no tenía más de tres o
cuatro pies de estatura. Además, su figura era extraña, pues un cuerpo tan pequeño y enclenque debía soportar una cabeza mucho mayor y más gruesa de lo normal; vivía completamente solo en una casa grande e incluso se preparaba su propia comida. Como no salía más que una vez cada cuatro semanas, no se habría sabido en la ciudad si estaba vivo o muerto a no ser por el abundante humo que despedía su chimenea a mediodía. A menudo se le veía al anochecer andar por la azotea, pero desde la calle se habría dicho que su cabeza andaba sola. Yo y mis amigos éramos chicos traviesos que se divertían burlándose de todo el mundo, por lo cual era una gran fiesta para nosotros el día en que el pequeño Muck salía. Nos reuníamos ante su casa hasta que aparecía. Cuando entonces se abría la puerta y asomaba primero la gran cabezota con el no menos gran turbante, al que salía luego el resto del cuerpecillo, cubierto con una capita raída, amplios pantalones y un ancho cinturón del que colgaba una daga tan larga que no se sabía si Muck estaba pegando a la daga o la daga a Muck, cuando salía así, retumbaban en el aire nuestros gritos de alegría, arrojábamos los gorros en el aire y danzábamos como locos a su alrededor. El pequeño Muck saludaba con solemnes inclinaciones de cabeza y bajaba la calle con paso lento. Nosotros, los chicos, corríamos detrás de él gritando sin cesar - ¡pequeño Muck, pequeño Muck! Teníamos también un alegre estribillo que cantábamos en su honor en cuando. Era eso: |
Vokabular | |
die Vaterstadt = la ciudad natal | |
halbtot geprügelt = medio muerto de golpes | |
der Leib = el cuerpo | |
um die Mittagsstunde = a mediodía | |
abends = al anochecer | |
böse Buben = chicos traviesos | |
jedermann = todo el mundo | |
sich versammeln = reunirse | |
der Turban = el turbante | |
der Gürtel = el cinturón | |
der Dolch = la daga |
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