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  Seite 06: Rapunzel (Rapunzel)



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Denselben Tag aber, wo sie Rapunzel verstoßen hatte, machte abends die Zauberin die abgeschnittenen Flechten oben am Fensterhaken fest, und als der Königssohn kam und rief:
»Rapunzel, Rapunzel,
Lass mir dein Haar herunter!«, so ließ sie die Haare hinab. Der Königssohn stieg hinauf, aber er fand oben nicht seine liebste Rapunzel, sondern die Zauberin, die ihn mit bösen und giftigen Blicken ansah.
»Aha«, rief sie höhnisch, »du willst die Frau Liebste holen, aber der schöne Vogel sitzt nicht mehr im Nest und singt nicht mehr, die Katze hat ihn geholt und wird dir auch noch die Augen auskratzen. Für dich ist Rapunzel verloren, du wirst sie nie wieder erblicken!«
Der Königssohn geriet außer sich vor Schmerzen, und in der Verzweiflung sprang er den Turm herab. Das Leben brachte er davon, aber die Dornen, in die er fiel, zerstachen ihm die Augen. Da irrte er blind im Wald umher, aß nichts als Wurzeln und Beeren und tat nichts als jammern und weinen über den Verlust seiner liebsten Frau. So wanderte er einige Jahre im Elend umher und geriet endlich in die Wüstenei wo Rapunzel mit den Zwillingen, die sie geboren hatte, einem Knaben und einem Mädchen, kümmerlich lebte. Er vernahm eine Stimme, und sie deuchte ihm so bekannt. Da ging er darauf zu und wie er herankam, erkannte ihn Rapunzel und fiel ihm um den Hals und weinte. Zwei von ihren Tränen aber benetzten seine Augen, da wurden sie wieder klar, und er konnte damit sehen wie sonst. Er führte sie in sein Reich, wo er mit Freude empfangen ward, und sie lebten noch lange glücklich und vergnügt.

Pero el mismo día en que había repudiado a la muchacha, la hechicera ató las trenzas cortadas al gancho de la ventana, y cuando se presentó el príncipe y dijo
-¡Verdezuela, Verdezuela,
suéltame tu cabellera!- la bruja las soltó, y por ellas subió el hijo del rey. Pero en vez de encontrar a su adorada Verdezuela, se halló cara a cara con la hechicera, que lo miraba con ojos malignos y perversos.
- ¡Aja! -exclamó en tono sarcástico, -querías llevarte a la mujer querida; pero el hermoso pajarillo ya no está en el nido ni volverá a cantar. El gato lo ha cazado, y también a ti te sacará los ojos. Verdezuela está perdida para ti; jamás volverás a verla.-

El príncipe, fuera de sí de dolor y desesperación, se arrojó desde lo alto de la torre. Salvó la vida, pero los espinos sobre los que cayó se le clavaron en los ojos.
El infeliz vagó errante por el bosque, ciego, alimentándose de raíces y bayas y llorando sin cesar la pérdida de su amada mujer.
Durante varios años andaba así en la miseria, hasta que, al fin, llegó al desierto en que vivía Verdezuela con los dos hijos gemelos, un niño y una niña, a los que había dado a luz.
Oyó una voz que le pareció conocida. Se acercó y, al llegar ahí, Verdezuela le reconoció y se le echó llorando al cuello.
Dos de sus lágrimas le humedecieron los ojos, y en el mismo momento se le aclararon, volviendo a ver como antes.
La llevó a su reino, donde fue recibido con gran alegría, y vivieron aún muchos años contentos y felices.

Vokabular
verstoßen = repudiar
mit bösen und giftigen Blicken ansehen = mirar con ojos malignos y perversos
das Nest = el nido
die Augen auskratzen = sacar los ojos
der Dorn = el espino
Wurzeln und Beeren = raíces y bayas
im Elend = en la miseria
deucht poet. Form von dünkt = parece
benetzen = humedecer


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