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  Seite 13: Die Galoschen des Glücks | Zweite Geschichte - Wie es dem Justizrat erging



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Der gute Baccalaureus war doch allzu unwissend, und ihm erschienen des Justizrats einfachste Bemerkungen zu dreist und fantastisch. Sie sahen einander scharf an, und wurde es gar zu arg, so sprach der Baccalaureus Latein, weil er glaubte, so besser verstanden zu werden, aber es half nicht viel.

"Wie geht es euch!", fragte die Wirtin und zog den Justizrat am Ärmel; da kehrte seine Besinnung zurück, denn beim Gespräche hatte er alles vergessen, was vorausgegangen war.
"Herrgott, wo bin ich?", fragte er, und es schwindelte ihm, während er es bedachte.
"Klaret wollen wir trinken! Met und Bremer Bier!", rief einer der Gäste, "und Ihr sollt mithalten!"
Zwei Mädchen kamen herein. Die eine hatte eine zweifarbene Haube. Sie schenkten ein und neigten sich zu ihm. Dem Justizrat lief es eiskalt über den Rücken. "Was ist das nur! Was ist das nur!", sagte er, aber er musste mit ihnen trinken. Sie ergriffen ganz artig Besitz von dem guten Mann, und er war aufs höchste verzweifelt. Als dann einer sagte, er sei betrunken, zweifelte er durchaus nicht an des Mannes Wort und bat ihn nur, ihm doch ein Droschke herbeizuschaffen. Da glaubten sie, er rede moskowitisch. Niemals war er in so roher und beschränkter Gesellschaft gewesen.
"Man könnte fast glauben, das Land sei zum Heidentum zurückgekehrt", meinte er, "dies ist der schrecklichste Augenblick meines Lebens!"

El buen bachiller resultaba demasiado ignorante, y las manifestaciones más simples del magistrado le sonaban a atrevidas y exageradas. Se consideraban mutuamente de reojo, y cuando las cosas se ponían demasiado tirantes, el bachiller hablaba en latín con la esperanza de ser mejor comprendido; pero nada se sacaba en limpio.
-¿Cómo estáis? -preguntó la posadera tirando de la manga al consejero. Entonces éste volvió a la realidad; en el calor de la discusión había olvidado por completo lo que antes le ocurriera.
-¡Dios mío! pero, ¿dónde estoy? -preguntó, sintiendo que le daba vueltas la cabeza.
-¡Vamos a tomar un vaso de de aguardiente! Hidromiel y cerveza de Brema -pidió uno de los presentes-, y tú beberéis con nosotros. Entraron dos mozas, una de ellas tenía una cofia bicolor; sirvieron la bebida y saludaron con una inclinación. Al consejero le dio un escalofrío. -¿Pero qué es esto, qué es esto? -repetía; pero no tuvo más remedio que beber con ellos, los cuales se apoderaron del buen señor. Estaba completamente desesperado, y al decir uno que estaba borracho, no lo puso en duda, y se limitó a pedirles que le procurasen un simón.
Entonces pensaron los otros que hablaba en moscovita. Nunca se había encontrado en una compañía tan ruda y tan ordinaria.
«¡Es para pensar que el país ha vuelto al paganismo -dijo para sí-. Estoy pasando el momento más horrible de mi vida».

Vokabular  
unwissend = ignorante
dreist = atrevido
der Ärmel = la manga
die Haube = la cofia
es lief ihm eiskalt über den Rücken = le dio un escalofrío
verzweifelt = desesperado
das Heidentum = el paganismo





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