Im einzelnen
sah man damals hier, was man noch jetzt
sieht. Die Rohrstangen hatten die gleiche
Höhe, die gleiche Art langer Blätter
und violettbraun gefiederte Blütenbüschel,
wie sie sie jetzt noch tragen. Die Birke
stand mit weißer Rinde und lose im
Winde schaukelnden Blättern wie jetzt,
und was die Lebewesen betrifft, die hierher
kamen, ja, die Fliege trug ihr Florwämslein
im selben Schnitt wie noch heute, die Leibfarbe
der Störche war weiß und schwarz
mit roten Strümpfen, die Menschen dagegen
hatten einen anderen Kleiderschnitt als
heutigentags, doch jeder, Sklave oder Jäger,
wer sich auch hinaus auf den sumpfunterwühlten
Boden wagte, dem erging es vor tausend Jahren
wie jetzt, sie kamen her, brachen ein und
sanken hinab zum Moorkönig, wie er
genannt wurde, der drunten in dem großen
Moorreiche regiert. Sehr wenig wußte
man von seiner Regierung, doch das ist vielleicht
ganz gut so.
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Cierto que,
mirado en conjunto, ya entonces ofrecía
el aspecto actual: los cañaverales
tenían la misma altura, con las mismas
largas hojas y las flores de color pardomorado.
Crecía, lo mismo que hoy, el abedul
de blanca corteza y finas hojas sueltas y
colgantes. Y en cuanto a los animales que
moraban en la región, diremos que la
mosca llevaba, su vestido de tul de idéntico
corte que ahora, y que el color de la cigüeña
era blanco y negro, con medias rojas. En cambio,
el atuendo de los hombres era de distinto
modelo que el nuestro. Eso sí, los
que se aventuraban en aquel suelo pantanoso,
ya fuesen siervos o cazadores libres, acababan
hace mil años tan miserablemente como
en nuestros días: quedaban presos en
el fango y se hundían en la mansión
del rey del pantano, como era llamado el personaje
que reinaba en el fondo de aquel gran imperio.
De su modo de gobernar muy poco se sabía,
y tal vez sea mejor así. |