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  Seite 14: Der Zwerg Nase (El enano Narizotas)



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Es war ein ziemlich entlegener Teil der Stadt, wohin ihn die Alte geführt hatte, und er konnte sich kaum aus den engen Gassen herausfinden, auch war dort ein großes Gedränge; denn es mußte sich, wie ihm dünkte, gerade in der Nähe ein Zwerg sehen lassen; überall hörte er rufen:"Ei, sehet den häßlichen Zwerg! Wo kommt der Zwerg her? Ei, was hat er doch für eine lange Nase, und wie ihm der Kopf in den Schultern steckt, und die braunen, häßlichen Hände!"
Zu einer andern Zeit wäre er wohl auch nachgelaufen, denn er sah für sein Leben gern Riesen oder Zwerge oder seltsame fremde Trachten, aber so mußte er sich sputen, um zur Mutter zu kommen.
Es war ihm ganz ängstlich zumute, als er auf den Markt kam. Die Mutter saß noch da und hatte noch ziemlich viele Früchte im Korb, lange konnte er also nicht geschlafen haben; aber doch kam es ihm von weitem schon vor, als sei sie sehr traurig; denn sie rief die Vorübergehenden nicht an, einzukaufen, sondern hatte den Kopf in die Hand gestützt, und als er näher kam, glaubte er auch, sie sei bleicher als sonst. Er zauderte, was er tun sollte; endlich faßte er sich ein Herz, schlich sich hinter sie hin, legte traulich seine Hand auf ihren Arm und sprach: "Mütterchen, was fehlt dir? Bist du böse auf mich?"

Era una parte bastante retirada de la ciudad adonde la vieja lo había guiado y apenas sabía cómo hallar la salida de entre las estrechas callejuelas, también había una gran concurrencia, pues le pareció que justo en los alrededores debía de haber algún enano. Por todas partes oía exclamar
-¡anda, mirad qué enano tan feo! ¿De dónde viene este enano? ¡Ah, qué nariz tan larga tiene, y qué hundida la cabeza entre los hombros, y las manos morenas, qué feas!
En otro momento, seguro que también habría ido detrás de ellos porque con gusto hubiera dado cualquier cosa por ver gigantes o enanos, o bien indumentarias raras y extrañas, pero ahora tenía que apresurarse para volver junto a su madre.
Cuando llegó al mercado se sentía muy temeroso.
La madre seguía sentada en el mismo sitio y todavía le quedaba bastante fruta en el cesto, así que no podía haber dormido mucho tiempo, pero desde lejos ya le pareció que estaba muy triste, porque no daba voces a los transeúntes para que compraran, sino que tenía la cabeza apoyada en las manos, y cuando estuvo más cerca creyó que estaba más pálida que de costumbre. Dudaba sobre lo que había de hacer; por fin, cobró ánimo, se deslizó por detrás de ella, confiado puso una mano en su brazo y dijo
-Mamá, ¿qué te pasa? ¿Estás enfadada conmigo?

Vokabular
entlegen = retirado
die enge Gasse = la estrecha callejuela
das Gedränge = la concurrencia
dünken = parecer
der Zwerg = el enano
die Tracht = la indumentaria
sich sputen = apresurarse
ängstlich = temeroso
zaudern = dudar
sich ein Herz faßen = cobrar ánimo
traulich = confiado





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