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  V. Algunos versos


5) ... so gib mir auch die Zeiten wieder ...

DICHTER:   POETA:
So gib mir auch die Zeiten wieder,
Da ich noch selbst im Werden war,
Da sich ein Quell gedrängter Lieder
Ununterbrochen neu gebar,
Da Nebel mir die Welt verhüllten,
Die Knospe Wunder noch versprach,
Da ich die tausend Blumen brach,
Die alle Täler reichlich füllten.
Ich hatte nichts und doch genug:
Den Drang nach Wahrheit und die Lust am Trug.
Gib ungebändigt jene Triebe,
Das tiefe, schmerzenvolle Glück,
Des Hasses Kraft, die Macht der Liebe,
Gib meine Jugend mir zurück!
Devuélveme entonces ese tiempo
en el que yo estaba aún en formación,
cuando nacía siempre un manantial de cantos
que salían en tumulto;
cuando la niebla me velaba el mundo
y los brotes prometían milagros;
cuando cortaba las mil flores
que llenaban todos los valles de riqueza.
No tenía nada y, sin embargo, nada me faltaba:
el anhelo de verdad y el placer por la alucinación.
Devuélveme el em­puje desatado,
la profunda y dolorosa alegría,
la fuerza del odio y el poder del amor,
¡devuélveme mi juventud!

Estos versos son un buen ejemplo del carácter heterogéneo de Fausto. El poeta no responde a lo que dice la figura cómica, sino que introduce una temática nueva. Añora su juventud. Es muy probable que no se pueda explicar lo que siente de manera racional, pero creo que mucha gente conoce los sentimientos que describe. Cuando somos jóvenes nos hacemos cantidad de preguntas, somos más abiertos y muchos son más idealistas y, en la medida que envejecemos, perdemos esto, nos dejamos atrapar por la rutina. Si este es realmente el destino de todos, el autor no lo sabe. A lo mejor la percepción del mundo se amplia con los años porque se sabe más. La gente que con los años se convierte en madura a lo mejor nunca era realmente joven, nacieron viejos. En su respuesta al poeta, la figura cómica le dice.

LUSTIGE PERSON: PERSONAJE CÓMICO:
Das Alter macht nicht kindisch, wie man spricht,
Es findet uns nur noch als wahre Kinder.
  No es que, como se dice, la vejez nos haga niños,
sino que nos alcanza siendo aún auténticos niños.
   




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